CICATRICES
Al ver la cantidad de cicatrices, algunas terribles, que tenia el cuerpo de Koga, Kaoru no pudo evitar preguntar-se cuántas de aquellas antiguas heridas seguian abiertas a pesar de todo.
LA SEÑAL
Koga se giró hacia Kaoru, sentada a su lado en la mesa, tendió su brazo hacia su cuello y lo recorrió con sus dedos, suave como una caricia. Ella sonrió, però se quedó muy sorprendida porque la momentanea mirada que le interceptó estaba muy lejos de la expressión de afecto o deseo a las que se había acostumbrado después de una caricia inesperada.
Porque cuando Koga advirtió que los horrores parecían actuar organizados, temió que la nueva mente rectora (¿el relevo de Meshia?) pudiese darse cuenta en cualquier momento que tenía un portal listo para ser usado.
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