Ignoramos si Tsubasa ya era tan mandón y celoso de su territorio antes de tropezarse con Koga. Que tenga un empacho de responsabilidad es casi inevitable para un carácter orgulloso: ha crecido rodeado de gente (o al menos, de familia), gente a la que ama, y si, como dice Rin, su madre fue muerta por un horror, razón de más para obsesionarse en protegerlos a todos. Por tanto se cree con el derecho a que se le tenga en cuenta para todo, y se enfada si no es así.
La hemos visto legalista, sin consideración a las circunstancias. Quizás por esta causa nunca se le da toda la información que probablemente debería tener. De lo cual, combinado con su orgullo, resulta un carácter tan difícil como el de Koga, pero con otro matiz. Aunque ambos on orgullosos, Tsubasa saca la fuerza de ese orgullo ( "yo protegeré Kantai!"), Y Koga la saca de su fe.
Pero el orgullo es como un castillo de arena: no soporta ataques, ni argumentos sólidos, ni evidencias. En una persona razonable y bien intencionada, está condenado a ser arrinconado. De forma que Tusbasa se verá obligado a tragárselo cuando se vea en deuda con aquellos a los que tan ásperamente había rechazado, y que lo habían obligado a mirar dentro de su corazón, y a extraer de ahí tanto la fuerza como la compasión.
Cap. 2. Rin añora los tiempos en que su hermano era simpático y sonreía, antes de convertirse en Caballero Makai. Tsubasa deberá mirar cara a cara orgullo antes de recuperar su naturaleza.
En resumen, es un caso similar al de Koga. Pero, a diferencia de éste, Tsubasa recuparará su carácter amable y social, descubriémdonos que su cambio a conducta detestable todavía no había arraigado de lleno en su personalidad, sólo era como un retal añadido con el fin de enfrentarse a unas circunstancias excepcionales.
Vista la realidad con una luz más clara, Tusbasa será capaz de colaborar, e incluso de ceder a otro el lugar preeminente cuando cree que tiene más posibilidades que él de conseguir el objetivo.
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